No importa que tengan cierre, ellos van a lo fácil aunque suponga matar al lado del hombre, pegado a las casas...han perdido el miedo. Ayer el lobo atacó en La Lastra, Palencia, como nos muestra y cuenta nuestra amiga Eva Sierra. Está claro que de extinción nada de nada, ahora alguien debería comenzar a pensar que tanta cercanía no es normal, que puede acabar con una desgracia, que luego no servirán lamentos.
Nadie pide extinción, solo un control que haga posible la convivencia entre hombre y lobo.
Viva la caza. Long life to hunting.