“Podría decirse que 90 jabalíes en un kilómetro”, me dice mi amigo Santi Fernández que anda estos días con su hijo Pelayo viendo camadas.
El problema de haber estado un año sin cazar en el coto de Siero es esta tremenda explosión demográfica que acabará pagando ganaderos y agricultores, que generará más accidentes de tráfico todavía. Está claro, nunca la caza fue tan necesaria. La caza debería estar subvencionada.
Viva la caza. Long life to hunting.