La historia que nos cuenta nuestro amigo Alberto debería hacer reflexionar a todos aquellos que nos critican. Resulta que mientras tomaba algo en un bar junto a compañeros cazadores y agricultores, fueron increpados por varios animalistas. Estos les echaban en cara que dejasen animales heridos por el campo. La realidad es que se habian encontrado con una chotacabras o sumaya, que se hacía la alicortada para alejarles de sus pollos. Toda la historia sería para "llorar de risa" si no fuese porque estas sectas tienen acorralado al mundo rural. Su ignorancia es tan grande que critican sin saber, tachando de asesinos y criminales a quienes en realidad quienes cuidan del campo. Ojalá algún día la labor que hace el mundo rural sea reconocida, ojalá algún día los ignorantes aprendan a callar y preguntar antes de escupir veneno.
Tolerancia Cero con el ecoanimalismo, no hay peor lacra para el mundo rural.
Viva al caza. Long lfie to hunting.