Esta mañana El Ponticu subió a perrear con dos de sus perras al área 5 del coto de Lena. Estaban en el Curuchu la Braña cuando ocurrió esto que me cuenta su hija Nerea:
“Entraron en rastro a un fayero y las escuchamos latir. Sonaron unos ladridos muy feos, bastante extraños. Una de ellas dio la vuelta pero la otra no. Entorno a las 11 de la mañana. Por la señal del GPS a 500 metros encontramos a la Selva muerta y prácticamente comida”.
Una vez mas la lobada descontrolada acaba llevándose por delante perros de caza delante de las narices de sus dueños. La situación es insoportable, todos los días ovejas, cabras, potros, vacas, terneros y también perros son víctimas de esta locura. Esta tragedia es la evidencia de la poca importancia que tiene para la sociedad el campo, cuyos ecos no llegan ni a generar noticia. Un simple gato o perro urbano acaba teniendo mas transcendencia que los miles de animales domésticos devorados por los lobos. El animalismo con su hipocresía habitual, calla ante ello, como si el dolor de animales como la Selva no contase, mucho mas preocupados en mentir sobre el galgo, en inventarse colonias felinas o sobre todo en buscar subvenciones para seguir viviendo del cuento. Lo mismo ocurre con los ecologistas, mientras el dinero publico les llegue seguirán con sus embustes sobre la falsa extinción del lobo, aunque ello acabe con las posibilidades de vida de miles de familias. Luego se extrañan de que la gente marche de los pueblos…aunque bien pensado está claro que es lo que quieren, convertir todo el campo en su negocio ¿A que estamos esperando? Estamos aborregados, no entiendo como seguimos consintiendo semejante atropello. Cuatro listos, vividores y mangantes, echando por tierra la posibilidad de vida de las gentes del rural.
Ánimo amigos, fue una gran perra, yo tuve la suerte de verla cazar.
Viva la caza. Long life to hunting.