El lobo sigue siendo un tema delicado, imposible de entender por aquellos que no lo sufren. No falla, cada vez que sale un lobo aparecen defensores que usan demagogia para argumentar su total protección, demostrando una ignorancia mayúscula sobre el tema. Jamás hubo tanto monte, tanto terreno deshabitado, tanta España vacía, decir que usurpamos su hábitat es simplemente, perdóneme, una absoluta idiotez. El lobo no está en extinción en la mayoría de las comunidades del Norte, al contrario, está poniendo en riesgo de estarlo a miles de familias de ganaderos. Entrar en una perrera y llevarse a un perro da una idea de su descaro, algo que debería dar hasta miedo ante el posible ataque a un niño. No odio al lobo, no pretendo que nadie lo odie, es una especie maravillosa que simplemente debe ser controlada para que sea posible su convivencia con el hombre, nada mas. Desde aquí todo mi ánimo para el dueño de la Yera. Repasen ese cierre, si tiene opción volverá a por otro perro.
Viva la caza. Long life to hunting.