Ahí está la realidad de la necesidad de la caza. La recomendación del gobierno a las CCAA plasmada en papel, pone a la caza en el lugar de actividad imprescindible que es para la sociedad. Los daños a la agricultura y ganadería, la posibilidad de la entrada de la peste porcina africana de consecuencias demoledoras para la economía, son motivos de suficiente peso como para que se acaben las “tonterias” y comencemos a llamar a las cosas por su nombre. El animalismo y el ecologismo radical parecen haber desaparecido ante la pandemia por un motivo muy concreto, son simplemente “humo” generado por vividores. Cuando no hay dinero que chupar ni rastro de estos comediantes. Mientras el mundo de la caza se vuelca en ayudar contra la pandemia ellos se “arronchan” esperando que lleguen mejores tiempos para volver a aparecer. Del mismo modo los políticos, muchas veces nuestro gran problema, ahora se tienen que plegar ante la realidad, dando la razón a quienes han sido criminalizados durante años simplemente por ser personas normales. Debemos tener memoria y recordarlo cuando llegue el momento. La caza nunca ha sido más necesaria...
Viva la caza. Long life to hunting.