Ha ocurrido en los Llanos, un pueblo cercano a la Foz de Morcín, Asturias. Ahora, no se preocupe, no aparecerá ningún ecologista dispuesto a pagárselas al ganadero, al contrario, todavía le echarán la culpa. El lobo es un enorme problema para un campo que se muere. Nadie pide extinción, solo un control que haga posible la convivencia entre hombre y lobo.
Viva la caza. Long life to hunting.