No me lo podía creer, esta mañana en Oviedo, mientras esperaba con mi hija Violeta para dejarla en el colegio, un jabalí se ha paseado a escasos metros de la calle por la que suben padres y madres con sus hijos, muchos de ellos de muy corta edad. Puede observar en el video a que distancia estaba de la calle. La falta de miedo y la cercanía al hombre representa un peligro potencial real. Un jabalí no es un animal doméstico, no es un perro ni un gato, es un animal salvaje con reacciones imprevisibles y una enorme carga de peligrosidad. La caza debe servir para controlar las poblaciones de la fauna salvaje que deba ser controlada, no hay herramienta mas natural y efectiva.
Viva la caza. Long life to hunting.