Nuestros campos y montes se llenan de placas solares y aerogeneradores. El negocio de las energías “limpias” se ve que es goloso y con el cuento de que no contamina se está cambiando el paisaje, ensuciándolo. Se calla que los molinos arrasan con colonias de aves, especialmente esas que utilizan las corrientes de aire, las grandes rapaces, que acaban por matarse contra las aspas.
Esta vez son dos pueblos Extremeños, Madroñera y Garciaz, donde se planea el montaje de un gran parque eólico. Tanto vecinos como cazadores y ecologistas, se han posicionado en contra, dispuestos a plantar batalla ante una decisión que herirá de muerte a su paisaje, canalizando sus protestas a través de la Plataforma Villuercas Oeste.
La realidad es que mientras a la sociedad se le llena la boca con la protección de la naturaleza, comunidades como Extremadura cambian su paisaje para generar unos recursos que en gran medida se van de allí ¿A nadie le ha dado por preguntarse cuantas fábricas de placas solares o de aerogeneradores hay en Cáceres o en Badajoz?¿Ninguna verdad? ¿Y no recuerda Valdecañas? Una urbanización que representaba riqueza para la zona, sin afectar a la protección, se atacó hasta conseguir su desmantelado...pero si se llena la región de placas y molinos no pasa nada.
Las eléctricas son así, pasta de la gorda y a los vecinos que les den. Ni linces, ni imperiales, ni turismo, ni nada de nada, si ahora lo subvencionado pasa por destrozar la imagen de nuestra tierra, se destroza. Muy poco valen los deseos y la opinión de los vecinos. Ojalá esta vez Garciaz y Madroñera consigan mandar en lo suyo. Mucho ánimo.
Viva la caza. Viva el mundo rural.
