Esta mañana Alberto cazaba en el coto de Carreño, Asturias. Al escuchar el pitido del collar de su perro pensó que estaba de muestra. Al acercarse, y como si de una pesadilla se tratase, abrió los ojos y estaba en un agujero de ocho metros de profundidad. Había caído de pie, sin soltar la escopeta. A su lado, un poco más abajo su perro muerto y él casi sin un rasguño. Llamó al compañero, no sin antes avisarle del peligro. Los bomberos tuvieron que rapelar para socorrerle, sin explicarse como Alberto había podido sobrevivir sin una mínima lesión después de semejante caída. Ahora toca estudiar como esa galería de una antigua mina está de ese modo, sin señalizar ni proteger, por su pudiese ser motivo de denuncia. Escuche y vea el video que él mismo grabó desde la galería...sin duda ha vuelto a nacer ¡Vaya forma de comenzar el año! Ánimo amigo, una pena lo del perro pero sin duda un milagro poder contarlo, quedémonos con eso y ¡Compre lotería para el Niño ya!.
Viva la caza. Long life to hunting.