Esta pandemia ha sacado a la luz lo que el mundo del campo tantos años llevamos denunciando. La sociedad es víctima de una gran mentira, con medios manipulados, comprados, para revestir de buenísimo el hambre enfermiza de dinero y poder de la secta ecoanimalista.
Mientras morían a miles nuestros seres queridos, el mundo de la caza, agricultores, ganaderos, el mundo del toro, se volcaban en ayudar, recaudando dinero para comprar y donar material de protección , poniendo su maquinaria para desinfectar, reconvirtiendo sus empresas para fabricar mascarillas, batas, respiradores, geles desinfectantes...demostrando que somos gentes de bien, solidarios, comprometidos con la sociedad y con nuestro país.
¿Sabe lo que hacían mientras tanto los animalistas? Preocuparse únicamente de si podían sacar pasear a sus mascotas...a los niños y a nuestros mayores como si los partía un rayo.
¿Y los ecologistas, sabe lo que hacían ?
Echar la culpa del coronavirus a la agricultura y ganadería.
Oponerse a que se controlaran jabalies y conejos que estaban arrasando los cultivos, para a continuación, atento, aprovechar para conseguir subvenciones...baste el ejemplo de mas de medio millón de euros que les han dado para estudiar los daños del conejo.
Finalmente proponen que el dinero que va al ejército sea para ellos...eso, se lo quitamos a la UME que ha estado luchando al pie de cañón en todo el país contra el Coronavirus y se lo damos a esta panda de tragones.
Estamos frente a una secta, la del odio, la de la violencia, la de la criminalización al campo y a las formas de vida tradicionales...extremistas que ahora, ya lo está viendo, van a aprovechar para legislar a su antojo y llevarse dinero público a manos llenas.
Tolerancia cero con estos radicales y con todos aquellos que los sustentan.
Viva la caza. Viva el mundo rural.