Me acuerdo como si fuera ahora. Con cinco años subí con mi padre a Conforcos, a arreglar el generador con el que conseguían la luz para el refugio de caza, una construcción emblemática entonces en su momento de máximo esplendor. Durante aquellos años del coto de Puropinto y Fresnedal fue el récord de rebeco del Cantábrico.
Recuerdo la subida, a caballo casi siempre, recuerdo a mi padre enseñándome rebecos y corzos, a lo que yo asentía sin ver. Luego recuerdo la comida con toda la cuadrilla, la enorme mesa y los melocotones en almíbar, aquellos melocotones…eso sí que lo recuerdo bien, parece que los estoy viendo.
Ese día la cuadrilla había tenido suerte, venados entonces había muy pocos en nuestras montañas. Ahí tiene a mi padre ese día junto al guarda, Fernando Calvo, Fernandón el de Bueres, el Nandi.
Mucho cambiaron las cosas desde entonces, reparé un instante en la ropa. Ahora que tan acostumbrados estamos a lo técnico no le choca un niki, una americanas vieja, pantalones de tergal, zapatillas TAO..
En pocos días comenzará la berrea, ese momento mágico. A todos aquellos que tengan la suerte de salir suerte amigos.
Gracias por colorear la fotografía a mis amigos de @batidasjabali
Viva la caza. Long life to hunting.