Gracias de corazón, alegráis mis días, solo me hace falta un susurro para que acudáis veloces a la llamada. Me cuesta imaginar mayor fidelidad, mayor bipolaridad, mayor hipocresía. Es tal el grado de amor que sentís por la vida que no dudáis en ofrecer muerte a la primera de cambio. Sois tan bondadosos que siempre estáis dispuestos a desear el mal, si es a un niño mejor que mejor, alguien que ama la vida como vosotros no distingue de edades. Un simple “minino” desencadena la tormenta, lo sé bien y por eso de vez en cuando me gusta sacarlo de paseo, ante un gatito nunca falláis. Al instante vuestro desnudo integral, vuestras vergüenzas a la luz. Insultos a miles, deseos hirientes, amenazas de matones que me dan la risa. Queridos “pinchauvas”, me parece la Increíble que sigáis sin verlo, ni os escucho, ni os leo, ni os temo. No dais miedo, dais vergüenza ajena...y por eso de vez en cuando saco un “gatito”, para que todo el mundo vea en realidad lo buenos que sois y cuanto amáis la vida...
Tolerancia cero con la secta ecoanimalista, no hay peor lacra social.
Viva la caza. Long life to hunting.
