“Hace dos años un chaval hizo en una parte de mi coto de caza, dentro del Parque Natural de las Hoces del Río Duratón, una gran plantación de marihuana. Utilizó alambres de espino, barras de acero de las tablillas de señalización del coto, barriles, algunos escurriendo aceite…
Después de la investigación y detención del chico por parte de la Guardia Civil, avisamos a los agentes medioambientales de la zona. En dos años que han transcurrido solo hemos recibido: “ya mandaremos a alguien”. Al final ni “alguien”, ni el Seprona, ni los Agentes Medioambientales, ni la Diputación de Segovia, ni la Junta de Castilla y León, han hecho nada. Hemos tenido que ser los cazadores perdiendo de nuestro tiempo, gastando nuestro combustibles, incluso llevándonos algunos cortes con toda la chatarra que había. Los cazadores somos los que lo hemos limpiado para que luego nos estén asfixiando con leyes y normas absurdas y nos quieran denunciar si nos descuidamos y entramos 10 metros en los 400 metros que supuestamente tenemos que dejar con el río. Ojalá se les caiga la cara de vergüenza a todos esos que tanto dicen cuidar los Parques y Reservas ¿Toda esa chatarra y basura es buena para el PN? ¿Cuántos animales han podido salir heridos por todos esos alambres de espinos? Obviamente hoy ha sido imposible limpiar toda la basura, tendremos que volver. Me gustaría saber si a toda esa gente realmente les importa su PN o simplemente lo que les interesa es el dinero que ganan a nuestra costa”, me dice un amigo desde Segovia que prefiere que no lo nombre.
Una vez más se demuestra que las únicas personas que vigilan y cuidan de la naturaleza y sus criaturas somos los cazadores, los que al final ponen su tiempo y dinero de forma altruista para subsanar un problema que otros deberían haber hecho. Allí no aparecerán animalistas ni ecologistas, esos no mueven ni un dedo si no reciben pasta. Los responsables de la Administración deberían pagar por su negligencia, cobran de nuestros impuestos para hacer su trabajo y a la vista está que no lo han hecho.
Viva la caza. Long life to hunting
