ESTELLER CAMPAÑA 23

¡¡¡Siembran de clavos los caminos para dañar a los cazadores!!!


El animalismo supura delincuencia, es una sopa donde despuntan macarras histéricas y pusilánimes escondidos detrás de una pantalla, tapando a caraduras que llenan las faltriqueras mientras esta “banda”  les hace el trabajo sucio.  Una vez mas estos cobardes radicales, sin coraje para dar la cara, con mucho mas odio que cerebro, han vuelto a intentar dañarnos. Su inquina es tan grande que han puesto en peligro también a ciclistas y corredores, colocando clavos en los caminos por donde estos deportistas se mueven asiduamente. Les da igual, son sencillamente descerebrados , personajes a los que las fuerzas de seguridad deberían atrapar y la justicia juzgar, aplicándoles penas suficientemente duras como para curarles la demencia. 
“Soy una paloma torcaz” escribe uno de estos desorientados mostrando su mente enferma. Está claro que esto no terminará bien, o la justicia responde o el enfrentamiento llegará. Pagamos religiosamente nuestras licencias y permisos llenando las arcas de estado, cumplimos a rajatabla las leyes, exigimos que se nos proteja de esta chusma. Por mucho que le apetezca no se tome la justicia por su mano amigo, pagamos para que otros impongan el orden, sería tristísimo que al final tuviésemos encima que acabar pagándoles nosotros. 












Mire lo que nos cuenta nuestro amigo Jose Antonio: “Me llamo José Antonio y soy el guarda del coto de Paracuellos de Jarama. El día que se abrió la veda de la paloma tuvimos un ataque de los eco terroristas de los Animalistas. Estuvieron viendo la zona donde estuvimos poniendo los puestos de la paloma y esa noche nos pusieron tablas con clavos en las entradas principales que dan acceso a dichos puestos. Casualmente decidimos a última hora ir a otro cazadero y dejar ese para otro día y lo único que hicieron fue que ciclistas y corredores siempre transitan por esa zona pincharás ruedas y por suerte no se pincharon los pies los corredores que van por esa zona que es bastante transitada por muchos de ellos.

 Inmediatamente fuimos alertados Guardia Civil, Municipales y yo mismo que soy el guarda. Revisamos entonces todos los caminos sin más incidentes. Luego me puse en contacto con los guardas de cotos colindantes y también habría sufrido el mismo ataque de tablas con clavos, clavos torcidos tirados en los caminos y rotura y desaparición de algunos de los puestos colocados previamente”.

Viva la caza.

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