Menudo susto se llevó Diego, un vecino de Proaza, Asturias. Estaba recogiendo leña en un prado junto a un compañero cuando un jabalí salió de la maleza y le embistió tirándole al suelo. Entre voces y patadas, intentando librarse del jabalí, su compañero consiguió espantarlo a palo limpio, viendo entonces que tenía dos navajazos importantes en la pierna, uno en el muslo y otro debajo de la rodilla. Fue trasladado al hospital donde constataron que este último estuvo a punto de cortarle los tendones , quedando a milímetros de ello. Nos cuenta que todo fue muy rápido, sorprendiéndole la potencia del jabalí que le hizo volar “como un trapo”, más tenido en cuenta que Diego es un chaval fuerte y grande. Del mismo modo nos apunta que aparentemente el jabalí no parecía herido por su forma de correr y saltar paredes.
Una vez mas se pone en evidencia la peligrosidad de los jabalíes, fieras que incluso sin sentirse amenazadas o estar heridas, pueden ser muy agresivas. Frente a las “payasadas” de los ignorantes anticaza y urbanitas, que tratan a los animales como peluches, humanizándolos, la realidad, en este caso con este desgraciado ejemplo en la piel de nuestro amigo.
Ánimo Diego, esperamos que tengas una pronta recuperación.
Está claro, nunca la caza fue tan necesaria.
Viva la caza. Long life to hunting.
