Esta vez desde Pontevedra nos llegan imágenes que vuelven a sobrecoger por su crudeza. Bajo el paraguas del animalismo se esconden protectoras, refugios y santuarios que en realidad son solo tapaderas para vivir sin trabajar. El esquema se repite, buenismo, pena, y una búsqueda obsesiva de ayudas y donaciones. De puertas afuera todo amor, de puertas adentro un basurero, animales muertos, cadáveres en descomposición dentro de bolsas...gusanos. Y como siempre la caza en el punto de mira del refugio, atacándonos sin piedad en un intento de encontrar en ello quien nos culpabilice del daño y afloje la cartera. Una vez mas la realidad, el negocio del animalismo, tapándose con la repetición de la mentira del maltrato y abandono del perro de caza. Por suerte en este caso fuerzas de seguridad y justicia ya están sobre ello. Destapemos el fraude y la mentira del animalismo. Es nuestra obligación llevar a la ciudadanía la verdad de un movimiento violento y sectario que tiene como única finalidad un negocio millonario.
Viva la caza. Long life to hunting.