La idea de la introducción del lobo en Monfragüe pone de manifiesto el verdadero problema, la política hecha de espaldas a la gente del campo. Da igual que el ganadero se desangre, que se llenen a diario periódicos y redes con las “carnicerías” que prepara el lobo, nada hace mella al sectarismo político volcado en vender un cuento que su masa se sigue creyendo. Los mismos de la “comisión de expertos” de la pandemia, tiran a menudo de sus “científicos” para avalar la mentira del lobo, como si a estas alturas esto fuese garantía de algo.
Si algo caracteriza a esta banda es la falta de respeto por las decisiones que les son contrarias. Frente a la salida del lobo del LESPRE y las zancadillas continuas del gobierno para que el control no se lleve a cabo, ahora la amenaza de un nuevo asalto, reintroducir al cánido en los Parques Nacionales, comenzando por Monfragüe…se ve que la dramática situación de los ganaderos de Picos de Europa no es suficiente. Deben pensar que los venados extremeños son distintos a los asturianos, deben creer que en Cáceres son más sencillos de matar que las ovejas y terneros. El problema de los ungulados en Monfragüe, como en el resto de Parques Nacionales, solo se soluciona cazando sin complejos. Meter al lobo allí solo añadirá un problema mas que pagarán los de siempre. La secta no piensa en los daños, no se apiada de las familias que lo sufren. Lo suyo es meter propaganda hasta en la sopa para seguir viviendo del cuento…mientras nos abrasan a impuestos. Si lo tuvieran que pagar ellos no quedaban lobos ni en el zoo.
Viva la caza. Long life to hunting.