No hay mejor forma de defender la caza que comiendo las piezas cazadas. Nada pueden criticar los anticaza si al final lo cazado viene a formar parte de nuestra dieta. Todo es respetable cuando se trata de decidir lo que comemos o no; respetemos a veganos y a vegetarianos, pero exijamos con la misma contundencia que nos respeten también a nosotros.
La carne de caza es rica y natural, disfrute de ella siempre que pueda. Baje del monte lo cazado, seguro que su familia y amigos se lo agradecerán.
En casa la costumbre en fiestas es comer caza. Mire, la semana pasada celebramos las fiesta de la Magdalena en Pendones, reuniéndonos con los de Orlé y los de Vigo alrededor de liebre con fabes y rebeco guisado de forma tradicional.
Aprovecho siempre esos instantes para contar un breve trazo de como y donde fue el lance, recordando esa pieza que está uniendo a la familia en un lugar tan sagrado como es alrededor de la mesa. Los niños escuchan, asumen la naturalidad de la caza, la riqueza que significa, la normalidad que representa.





