“Tras un tiro mal colocado a un corzo y un pisteo muy largo y debido a la edad de mi teckel perdimos el rastro. Llamé a AEPES y en menos de 15 minutos tenía a un conductor y perro en mi zona. Pocas cosas son tan impresionantes como ver la complicidad en el campo de ambos, consiguiendo recuperar el rastro, levantar dos veces el corzo y pararlo. Solo por ver esa forma de trabajar merece la pena contar con ellos. Por ello me gustaría agradecerles desde aquí, en especial a Alfredo y su perro Rabel la magnífica labor que realizan”, nos cuenta nuestro amigo Pablo.
