ESTELLER CAMPAÑA 23

¡¡¡Así quedó la Samba…la cabeza y poco más!!!


“La perra acababa de mover los jabalíes y al poco rato quedó el collar parado en el mismo sitio. Cuando llegó él allí los lobos ya marchaban con ella arrastrándola”, me cuenta el primo de Miguel Álvarez Menéndez de Quiros, al que ya le mataron otro perro muy bueno hace tiempo. Estaban cazando en Teverga, en el área de Santa Marta, añade Valentín Morán, Presidente de la Federación Asturiana de Caza, que me dice que esta es el tercer perro que devoran allí los lobos en una cacería en esta temporada, en este caso con muy cerca de las casas.
Lo que está pasando con el lobo es una vergüenza, un ataque frontal al mundo rural, la evidencia del sectarismo que nos impone su demencia. La protección total a una especie abundante que debe ser controlada sí o sí, solo ha traído muerte, pobreza y desesperación. El lobo no está en extinción, al contrario, hay tantos que sus daños son inasumibles. La sociedad urbanita está mangoneando la vida de miles de familias abocadas a la ruina. El ecoanimalismo anticaza ha legislado contra el rural aplaudido por la ignorancia egoísta de quien ni conoce ni sufre el problema. Es increíble que no hayamos sido capaces de enseñar a la sociedad la sangria que está ocurriendo, que hayamos permitido que cuatro listos con su demagogia de párvulitos engañen a tantos con una mentira. El lobo es un negocio millonario que simplemente está llenado los bolsillos a quienes lo defienden…ni más ni menos. Si quienes tanto vocean por la protección tuviesen que pagar los daños verían como cambiaba esto al instante. La pena es que en vez de la Samba no se comieran los perritos con abrigo de los proteccionistas…
Nadie pide extinción, solo un control que haga posible la convivencia entre hombre y lobo. Nunca el control del lobo fue tan necesario.
Viva la caza. Long life to hunting.

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