ESTELLER CAMPAÑA 23

Arde ahora Galicia, Zaragoza, Ávila, Canarias…

Tengo el alma encogida, me quedo sin palabras. Sigue ardiendo España, siguen quemándose nuestros montes. Hay víctimas humanas, se queman casas, fincas, ganado…la ruina en forma de llamas engulle la forma de vida de miles de familias rurales. Me llaman amigos de las zonas afectadas, muchas manchas conocidas convertidas ahora en terrenos calcinados. Amigos del Caurel, del Barco de Valdeorras, de Cebreros, de Ateca, de Tenerife, me envían imágenes sobrecogedoras ante las que uno enmudece de rabia. Artos de gritar sin que se nos escuche, la realidad viene a rubricar la tragedia anunciada tantas veces por la gente del campo. La legislación actual no sirve, se está haciendo mal, no se está escuchando a quien sabe, el “ultra-proteccionismo ecologista” es el responsable del estado de nuestros montes que hasta un ciego veía que acabarían ardiendo. Quienes no pisan el monte no pueden mandar y legislar en él. Es indignante que a los dueños del campo no se les permita gestionarlo, bloqueados por ridículas normas y prohibiciones. Se ha tratado al monte como un laboratorio, castigando los aprovechamientos tradicionales, impidiendo que sigan viviendo allí, persiguiendo los métodos de siempre. Desgraciadamente nada cambiará, vendrán millones para repoblar que acabarán en los bolsillos de cuatro listos, no cambiará ninguna norma o ley, no se escuchará a un solo ganadero, agricultor o cazador. Se seguirá impidiendo abrir nuevos cortafuegos, repasar lo hechos, desbrozar caminos. Serán otra vez los cabecillas del ecologismo quienes marcarán el paso, con una gestión continuista de esta que nos ha traído hasta aquí. Las políticas ecologistas actuales son las políticas del desastre y del fuego asegurado. Estas leyes no sirven, así NO. Mientras en el campo no manden los del campo, España no dejará de arder. Si alguien con poder y dos dedos de frente quiere comenzar a gestionar de verdad que escuchen al rural, ya se ha comprobado que con las normas hechas desde la ciudad el país seguirá ardiendo.
Mi más absoluto reconocimiento y gratitud a todas aquellas personas y cuerpos que se están dejando la vida para luchar contra las llamas. Mi más sentido pésame a las familias de las víctimas del fuego.
Viva la caza. Long life to hunting.

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