…me cuenta Pablo , el bombero que le daba de beber en el vídeo, que me cuenta que lo dejaron en manos de los celadores de la Junta de CyL.
Es difícil encontrar palabras que muestren la gratitud para todos aquellos que han participado y participan en la extinción de los incendios que asolan España, héroes anónimos que se juegan la vida en el auténtico infierno. Estos ejemplos de entrega como Pablo, piden para el rural algo a lo que tienen tanto derecho como el resto de la sociedad: “operativos de incendios dignos, igual que una sanidad y una educación similar al resto de compatriotas de las grandes ciudades”.
Mi más sentido pésame a las familias y amigos de las víctimas de los incendios.
Viva la caza. Viva el mundo rural.