ESTELLER CAMPAÑA 23

El verraco italiano del Franchi Horizon.



Durante los dias 7, 8 y 9 de Mayo difrutamos una nueva aventura, la invitación de BBI Beretta Benelli Iberica nos llevó hasta Italia a conocer a fondo Franchi y sus productos. 


Vuelo Madrid/Bolonia y desde allí al Sur, a la provincia de Macerata, tristemente conocida por el tremendo terremoto de hace tres años, no sin antes hacer una parada para comer mirando al Adriático.


Siguiendo la filosofía de la marca “lo primero la caza”. La idea era probar tanto las escopetas como los rifles Franchi, con un primer contacto en cancha para luego testarlos sobre caza real. Y sin mas ya estamos en el campo de tiro con los rifles sobre las mesas...



 El Horizon es el rifle de Franchi, un cerrojo que entra de lleno en ese nutrido grupo de rifles relación calidad/precio, un segmento que se ha convertido en un hervidero de púgiles dispuestos a subirse al podio. 
Su cerrojo es masivo, con un ángulo de giro de solo 60 grados y tres masivos tetones en su cabezal envolvente , embuchando en uno de ellos la uña extractora y en el plano frontal un expulsor activo.


Los cañones están fabricados por la también italiana Sabbati, garantizando una precisión para tres disparos a 100 metros en un MOA. Actualmente se fabrican cuatro versiones, Black, Colored, White y Anniversario, contando estas dos ultimas con el cuerpo del cerrojo fluteado. El perfil de todas ellas es similar, con culata recta sin carrillera ni montecarlo, rematándose con una cantonera especialmente absorvente. Queda evidente su compromiso con la ergonomía en una curiosidad: los picados distribuidos por todas las partes que utilizaremos en las diferentes posturas de disparo. 

Me corresponde un Black en .30-06 Sprgf, un rifle que en este cartucho pesa solo 2,9 kilos, montando un cañón de 56 cm. El Head Space es ajustado a mano como pudimos comprobar a la mañana siguiente en fábrica. 
Su almacén puede albergar hasta cuatro cartuchos a los que sumaremos el que podemos alimentar directamente en la recámara. Para descargarlo la tapa cuenta con un retén-pulsador situado en la cara interna del guardamontes. 


Sobre monturas fijas un potente Steiner Ranger 3-12x56 . La munición elegida Sako Hammerhead de 180 grains, una semiblindada sin soldar con nariz redondeada mucho mas adecuada para batidas y monterías en puestos cortos que para recechos y esperas a distancias medias y largas. 


Subo a 12x, afianzo bien guardamanos y culata, alimento y tiro, con esa sensación dulce de los cartuchos suaves. Una pequeña corrección en la torreta y hago un grupo de tres disparos a 100 metros. Está claro, ahora todo depende de mí.



Tengo la suerte de poder probar uno de los primeros ejemplares de la versión White, en este caso recamarado en el cartucho de moda, el 6,5 Creedmoor.


 Y del campo de tiro directos al Valle de Fiordimonte, un enorme acotado donde probaremos suerte con corzos y jabalíes. Tras el sorteo salgo para el monte con cuatro balas y Mauricio, un italiano con cara de buena persona con el que intento comunicarme sin conseguir, casi, que me entienda un sí o un no. 


La torreta está situada en medio de tres enormes alfalfas separadas por montes. A pesar de la diferencia de sembrado la sensación que tengo es como estar cazando en Villaviciosa, los mismos sonidos, la misma humedad, los mismos colores...Estudio los posibles lances y consciente de las longitudes del tiradero subo a 12x el zoom del visor. Y va pasando el tiempo, y va bajando la luz. Primero una corza por la espalda, luego otra al frente. Me toca entonces Mauricio el hombro y me señala con un movimiento de barbilla. Un corzo macho atraviesa el prado de la derecha bastante alto. Coloco con toda la tranquilidad la funda sobre la barandilla de la torreta y reposo el guardamanos, sentado afianzó bien los codos y la pieza entra en el cristal. Va caminando despacio atravesando la siembra a unos 180 metros. Coloco el centro de la retícula sobre la paletilla, acompaño un instante y aprieto el disparador con total seguridad. Al retroceso pierdo la pieza de la cara y al bajar veo por el rabillo del ojo una mancha negra que corre unos metros por debajo de donde acabo de tirar al corzo ¡Madre mía que guarro! Lo meto en la óptica al instante, es enorme, blanco. Va a toda pastilla, a grandes saltos, los pelos erizados, la cola arriba y abajo...adelanto bastante y fuego. Oigo claro el impacto de las Hammerhead y el cochino frena en seco comenzando a girar sobre sí mismo, indicativo de un tiro trasero. Cerrojazo al Horizon y una nueva Sako acaba en medio del brazo de cochino poniendo fin al lance. Me vuelvo hacia Mauricio y está desencajado, hecho un manojo de nervios, “bello, bello” dice sin parar. Me da varios abrazos y apretones de mano. Con los indices hacia arriba trato de preguntarle por el corzo y su respuesta es encogerse de hombros. La luz cae por momentos así que salimos al instante. Llegamos al guarro, es inmenso, espectacular, canoso. “Bello, bello”, sigue repitiendo el italiano. 


El primer tiro trasero, suficiente para frenarlo, el segundo impecable en medio de la paleta. Ninguno de ellos tiene salida. Los colmillos larguísimos y gruesos, las amoladeras enormes, sin duda un trofeo que a poco que acompañe dentro dará muchísimos puntos. 


Fotos a la puñetera carrera y a buscar al corzo que se acaba la luz. Un par de vueltas por un inmenso sembrado y el corzo no apareció, con la desesperación lógica de ser incapaz de intercambiar una sola palabra con el guía que solo acertaba a encogerse de hombros. Acabamos bajando al guarro ya sin luz, con tropezones incluidos, rodando el pobre Mauricio por dos bancales, y por si no fuera bastante, con la caricia típica de las zarzas en la cara. Comento al llegar lo ocurrido, entre la alegría de semejante macareno y la pena del corzo. Espero que al día siguiente y ya con luz echen un vistazo pero lo cierto es que nunca más supimos nada.

A la mañana siguiente a Urbino, a conocer en directo como fabrica Franchi su Horizon, desde el ensamblado de cañones, el ajuste manual del Head Space o de los disparadores... ¿Ve lo que le dije? Primero la caza, el resto después, en Franchi son así...


Mi mas sincero agradecimiento a BBI Iberica, a Natalia Lopez y a Ander Risco, a Franchi, a todo su equipo...y por supuesto a Mauricio. 

Viva la caza. Long life to hunting.

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