Esta narración, desesperada, me la contaba Juanma, que me volvía a escribir a los dos dias enviandome otra chota más, muerta también por el depredador. Está claro que la gente del campo lo tiene muy difícil. El mundo urbano no llega a entender que para el ganadero sus animales son el fin de mes, que ellos no tienen porque pagar un descontrol alentado por quienes no sufren los daños. El problema es que los prolobo no ponen ni un solo euro para pagarlos, si estuviesen obligados a costearlo se acababa el problema en el acto. Es muy fácil proteger si no nos afecta , otra cosa es rascarse el bolsillo para alimentarlos cada vez que mata. El ganadero tiene todo el derecho del mundo a mantener sus explotaciones y la Administración la obligación de darles solución. El lobo no está en extinción, eso es mentira, en extinción está la gente de campo ¿No le suena lo de la España Vacía? Como para no marcharse...A ver si de una vez por todas llegan políticos sin complejos, sin miedo a estas sectas de ecoanimalistas, y se atreven a dar la orden de matar lobos de verdad. Si en Alemania priorizan explotaciones a lobos ¿Por qué aquí no? No se trata de extinguirlos, eso nadie lo pretende, solo de tenerlos controlados en un número donde sus daños sean asumibles...y de lo del Sur del Duero es para liarla de verdad, son normas impuestas por cuatro chupones que están llevando a la ruina a miles de familias. Simplemente el problema del lobo es la consecuencia de ser dirigidos por cobardes que piensan mucho en votos y muy poco en el rural...aunque antes de las elecciones a todos se les llene la boca.
Nadie pide extinción, solo un control que haga posible la convivencia entre hombre y lobo.
Viva la caza. Long life to hunting.