Desde Hinojosa de Duero, Salamanca, a Curtis, Coruña, el depredador continua sembrando miseria. En ambos casos a la puerta de las casas, en ambos casos repitiéndose la historia.
Se protege una especie que no corre peligro, se alimenta con el medio de vida de gentes humildes, sumiéndolas en la ruina. Sinvergüenzas apesebrados, con el parabién de los políticos que lo consienten, presionan para que peligre la vida de miles de familias ¿Quieren lobos? Pues que paguen ellos los daños, de su bolsillo, eso de proteger a costa de otros es de una hipocresía patológica. El ecoanimalismo es un movimiento de mentirosos, ignorantes, ruines y cobardes, de aprovechados, donde medra la ponzoña , vividores sin escrúpulos que han puesto el punto de mira en el campesino. Si esta panda tuviese que soltar un céntimo para cubrir daños del lobo no quedaba ni el recuerdo del cánido. No se si existirá pero está claro que mientras no llegue alguien sin complejos, valiente, sin miedo a esta chusma y a sus votos, el mundo rural lo tiene claro. Antes de las elecciones todos eran “la España Vacía”, olvidándola de nuevo al día siguiente. Tolerancia cero con los ecoanimalistas, no hay peor lacra para el mundo rural.
Nadie pide extinción, solo un control que haga posible la convivencia entre hombre y lobo.
Viva la caza. Long life to hunting.
Nadie pide extinción, solo un control que haga posible la convivencia entre hombre y lobo.
Viva la caza. Long life to hunting.