El campo está harto, indignado, asqueado. Lejos de ser ellos quienes marquen las reglas, otros desde lejos legislan en contra. Créame si le digo que es tal el problema que no hay punto de encuentro posible. Detrás del lobo están un puñado de vividores, políticos , y una tropa de “borregos” que se creen lo que les dicen. La culpa de estos últimos es simplemente creer desde la ignorancia, defender desde la posición del que ni sufre ni paga, sin pararse un instante a pensar en que sus Santones les pueden estar engañado interesadamente. Pero el problema, créame, no es de esa banda, el problema es nuestro, incapaces de informar y contestar con contundencia. No tenemos quien nos defienda, el mundo del campo, ganaderos, agricultores, pescadores y cazadores estamos abandonados, en manos de intereses que nos venden a la primera de cambio. Desgraciadamente seguimos sin unirnos dejando a un lado a todos aquellos que ya han demostrado que no sirven, que solo consiguen avances para ellos mismo…
…y mientras un ganadero más ve como el descontrol del lobo afectará directamente al sustento de su familia. Con mucha suerte podrá salvar a su ternera gallega herida por el cánido, aunque posiblemente tendrá que malvenderla después de gastar y gastar para tratar de curarla. El capricho de unos radicales le roba su pan cuando el lobo, lejos de extinguirse, hay más que nunca.
Nadie pide extinción, solo un control que haga posible la convivencia entre hombre hombre y lobo.
Me lo envía desde La Coruña nuestro amigo @cananawild
Viva la caza. Long life to hunting.