Esperemos que este no sea un verano donde las llamas sean noticia a diario. El abandono del monte facilita la labor del pirómano, una simple colilla puede quemar miles de hectáreas. Desgraciadamente no se entendió que el fuego se acababa con fuego y con actividades tradicionales que casi han desaparecido. Se acabó el pastoreo, el monte está mas solo que nunca, la maleza crece convirtiendo el país en una bomba que espera la chispa. Todo parte de lo mismo, despoblamiento, confusión entre proteger y prohibir. Lejos de incentivar que el medio se trate como lo manejaron los antiguos, han llegado las leyes hechas por zapatos y moquetas a instaurar el “no se puede...”. El resultado es el que ahora tenemos, mas masa forestal que antes de los Reyes Católicos...y aun así todavía hay que aguantar a los proteccionistas diciendo que el hombre invade el medio de los animales. Nunca hubo menos gente en los pueblos, nunca estuvo el campo más vacío, pero da igual, al ecologismo le interesa que el paisano sea el malo del cuento, están dispuestos a echar a la gente de sus casas con normas que día a día les ahogan mas impidiendo que desarrollen sus medios de vida. Ese es el problema, el desconocimiento mandando sobre el campo, la ignorancia urbana dictando sobre el rural. El monte se quema y mas que se va a quemar, será una cerilla o un rayo pero con la pólvora en la que han conseguido que se convierta solo es cuestión de tiempo, algo que a la naturaleza le sobra.
Estas imágenes nos llegan desde la Rioja. Nos las envía nuestro amigo @alvaroo.alka . Ojalá sean las últimas de este tipo que veamos este verano.
Viva la caza. Long life to hunting.